El primer globo aerostático y los hermanos Mongolfiet...
Desde siempre el ser humano mirando al cielo quiso subir lo más alto posible y contemplar la tierra desde arriba. Antes de que terminara el siglo 18, los hermanos franceses Mongolfiet hicieron el primer descubrimiento, un invento que podría surcar los aires. 120 años después, dos científicos americanos... "copiaron" los pájaros. ¿Quienes sino? Los hermanos Wright.
En la ciudad de Vidalon cerca de Lyon-Francia circulaba un nativo francés con dieciséis hijos que mantenía una pequeña fábrica de papel artesanal. Era muy feliz porque su negocio iba estupendamente pero no había imaginado que dos de sus hijos en el futuro, se colaborarán entré si y conseguirán hacer realidad un sueño muy antiguo... subirse alto y mirar desde ahí...
Cuando se hicieron mayores de edad, heredaron el negocio de su padre y lo convirtieron en una fabrica. Pero no pararon ahí. . .
La chispa que les llevó a descubrir el globo fue un trozo de papel que por causalidad había observado que podía volar si lo dejabas sobre el fuego de la chimenea.
Ya que era hombre de la práctica, realizó un experimento simple prendiendo fuego en una pila de paja y con el humo producido llenó un globo. ¿y que vio...? Algo elevaba el globo... El aire caliente era más ligero. Muy ilusionado puso en marcha el primer ensayo de vuelo... en plena vista. Eso ocurrió el 4 junio de 1783 cuando llevaron a cabo su primera demostración pública. Hicieron que se subiera una bolsa esférica hecha de lino forrada de papel de 11 metros de diámetro y de peso de 226 kilos llena de aire caliente. El vuelo duró 12 minutos, se subió a los 2 kilómetros y aterrizó en unas viñas. La noticia viajó como un rayo por toda Francia y muchos cortesanos del Rey mostraron interés ante el logro francés. La siguiente demostración se hizo en el cielo de Versalles y en la base del globo colocaron un gallo, un pato y una oveja con el fin de estudiar el comportamiento de los animales mientras volaban. Esta vez el vuelo duró 8 minutos y los animalitos resultaron ilesos.... Todos se quedaron entusiasmados incluso el rey Ludovico y Benjamín Franklin (quien en aquel entonces era embajador de Estados Unidos en Francia, mirad este enlace: como funciona un pararrayos... ). El próximo vuelo se realizó con 6 pasajeros que tuvieron la misma suerte con los animales anteriores concluyendo que el vuelo es algo seguro para el ser humano.
En aquella época el famoso César Charles que impartía física en la universidad de Sorbona voló en su propio aerostato utilizando como combustible el gas que había sido descubierto hace un año por el famoso Lavoisier: el hidrógeno. Todos los intentos se coronaron con éxito. Unos años después voló el famoso Joseph Gay Lussac llegando a una altura de 7 kilómetros y se dio cuenta de que el aerostato se podría utilizar en algo más aparte de... diversión. . . En el día de hoy, los globos aerostáticos claro que no usan hidrógeno sino propano. Los quemadores se sitúan dirigiendo el chorro de fuego hacia la entrada y hacen el globo que flote.
El camino ya estaba abierto para los hermanos Wilbur y Orville Wright que rompieron la barreras de la comunicación humana.
Gracias por leer.
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