¿Como funciona el pararrayos?
Más o menos todos sabemos cual es el papel vital de un pararrayos en un edificio residencial, industrial etc. Suele colocarse en las azoteas y cautiva el rayo y lo conduce al suelo donde no hay ningún peligro para nosotros. Es decir... el pararrayos sabe domar este rayo... Suena asombroso, ¿verdad?
¿Pero como funciona y quien tuvo esta idea brillante?
En mi otra entrada, como se produce un rayo, os describí que el inventor del primer pararrayos improvisado, fue Benjamín Franklin aquel día lluvioso en Pensilvania que hizo volar el cometa más famoso del mundo. En la cuerda de este cometa había colgado una llave de metal. De este modo, la corriente generada por el rayo, atravesó la cuerda mojada y llegó a la llave e hizo saltar chispas. El primer pararrayos de la forma que la sabemos se instaló por primera vez, en Filadelfia donde vivía Benjamín Franklin.
El pararrayos está constituido por una vara larga hecho de metal acero, hierro, cobre o aleaciones inoxidables. Su propiedad característica es que tiene muy poca resistencia. Como es sabido la corriente eléctrica elige siempre el camino más fácil y el material que es el mejor conductor. Así que la carga eléctrica, preferirá pasar por el pararrayos sin causar daños y se transportará al suelo con seguridad.
Habréis visto en algunas imágenes, arboles que hayan sido golpeados por relámpagos. Muchos materiales se consideran como aislantes pero aun así, son capaces de conducir la corriente si se les aplica una diferencia de tensión suficiente entre sus extremos como el aire. Además, la resistencia que generan los materiales, producen un enorme calor, lo que provoca los daños característicos del rayo; por ejemplo, el contenido de agua se evapora instantáneamente con el paso de la corriente generada por un rayo. La intensidad de corriente generada por el rayo que atraviesa el árbol, incluso la resistencia al paso de la corriente que genera la madera, provoca una temperatura en el árbol tan alta, que hace que se evapore instantáneamente el agua que contiene, secándose, y partiéndose en dos.
Cada pararrayos tiene su propio radio de afecto. Son unas centenas de metros. Por eso, tener cuidado. Tener instalados pararrayos no significa que podáis salir a la calle sin problema.
Hasta la próxima...
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