El dios Cupido... y el flechazo.

Después de una dosis de ciencia, vamos a contar la historia del diminuto dios "Cupido" lo cual, hemos mencionado en otro mito.


Eros (έρωτας en griego - o Cupido en romano), fue fruto del "amor" entre Venus (Afrodita - diosa de la belleza y amor) y Marte (Ares - dios de la guerra). Cuando nació, su madre, lo escondió en los bosques para que no lo encontrara Júpiter, el padre de los dioses. El, a su vez,  consideraba al Cupido como una amenaza para el ser humano, y traería muchos jaleos y quebraderos de cabeza a todos los humanos y quería acabar con el de una vez. 

Cupido había copiado la belleza de su madre y era temerario como su padre... Creció con la ayuda de las ninfas, las nereidas y la fauna del bosque, era un espíritu libre e incapaz de razonar! Siempre andaba jugando perdido en la naturaleza...Un día encontró una flecha, de origen desconocido. Su madre, Afrodita, le regaló un arco de oro para que pudiera jugar en el bosque. Las flechas que podría lanzar, eran de dos materiales diferentes.

Unas de oro, para conceder el amor y otros de punta de plomo para sembrar la ingratitud, el olvido y el rechazo en los corazones! Ningún dios no podría ser inmune a las flechas de Cupido. (Si si... como aquella flecha que sembró a Dafne en el mito de Apolo y Dafne.)

A menudo aparece, alado, hace su aparición en nuestras vidas, nos siembra sus flechas y se va volando llenándonos de problemas. Tal vez aparece con los ojos ventados, como un ciego, simbolizando que el amor no hace discriminaciones, no mira la belleza, no méritos, ni defectos de ser.



Ahora sabéis, este niño, es el pequeño "diablo" personificado...

Y la pregunta placible es "quien no ha sufrido por amor...?

"έρως ανίκατε μάχαν"

¡Hasta la próxima! 

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