¿La curiosidad mató al gato?
Es un dicho y refrán famoso en muchas lenguas, pero ¿sabemos realmente de donde viene?
Pues viene de la Ciencia. Se trata de un experimento mental propuesto por el célebre físico austriaco Schrödinger, unos de los fundadores de la física cuántica. Muchas veces se menciona en la bibliografia mundial como la paradoja del gato.
Vamos ahora al famoso experimento.
Digamos que tenemos una caja sellada y herméticamente cerrada con un gato dentro. Al lado del gato encerrado, hay un barril con explosivos. Nuestro felino, tiene 50% posibilidad de explotar con el barril o 50% de no sobrevivir. En la versión de Einstein hemos puesto un barril con un explosivo dentro, en la de Schrödinger hemos puesto gas venenoso ampolla de cianuro. Sea cual sea la versión, no es para que sea contada a una empresa de protección de animales.
A ver ahora.
Mientras el gato esté encerrado, no sabemos si está vivo o muerto hasta abrir la caja. Si miramos dentro, el gato estará muerto o vivo, uno de los dos, pero no ambos seguro.
Según la física cuántica mientras el gato esté encerrado se encuentra en un estado de superposición, ósea muerto y vivo a la vez. 50% de estar vivo y 50% de estar muerto... La solución del misterio viene cuando nosotros abramos la caja para comprobar su estado.
Así que nuestro acto de abrir la caja, obliga a la naturaleza que decida el destino del gato. Por consiguiente nuestra curiosidad mató al gato... y no la suya.
Este experimento trató de explicar la dualidad de las partículas que constituyen la materia, una vez se portan como materia y otra vez como ondas... hasta que nosotros las observemos. curioso... ¿no?
Pues esta es la base o los cimientos sobre los cuales fue construida la teoría de mecánica cuántica que es totalmente distinta de la física de Isaac Newton. Si os parece absurda mirando lo desde la lógica común, si que lo es...
¡Gracias por leer!
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